Mujeres en la Industria: del trabajo invisible al liderazgo productivo

Durante gran parte del siglo XX, la presencia femenina en los sectores productivos de Chile fue marginal y silenciosa. Las mujeres contribuyeron activamente en labores agrícolas, textiles y de manufactura, pero pocas veces ocuparon espacios de decisión o recibieron reconocimiento por su aporte. No fue sino hasta las décadas de 1980 y 1990 —con la apertura económica, la expansión educativa y el ingreso masivo de mujeres a la educación técnica y universitaria— cuando comenzó a configurarse un cambio estructural en la participación femenina en la economía chilena.

Hoy, ese cambio se expresa con fuerza en sectores que históricamente fueron considerados masculinos: minería, energía, construcción, transporte y manufactura, donde cada vez más mujeres asumen roles de liderazgo, innovación y gestión.

En la minería, por ejemplo, la participación femenina alcanzó un 23,1 % en el primer semestre de 2025, según cifras de la Alianza CCM‑Eleva (12.280 mujeres de un total de 53.106 personas en dotación interna) en la gran minería chilena. En energía, las mujeres ocupan cerca del 30 % de los puestos (aunque las cifras varían según segmento), impulsadas por el crecimiento de las energías renovables y la transformación tecnológica. La transición energética ha abierto espacios para nuevas profesiones y liderazgo femenino, especialmente en proyectos de energía solar, eólica e hidrógeno verde.

La industria manufacturera y la logística también viven su propio proceso de transformación. Aunque los desafíos persisten —particularmente en la automatización y en la igualdad salarial—, se observa una tendencia creciente hacia la equidad de género en las empresas que incorporan políticas de diversidad e innovación como parte de su estrategia de sostenibilidad.

Históricamente, el trabajo de las mujeres en la industria estuvo marcado por la informalidad, la precariedad y la invisibilización. Hoy, sin embargo, la presencia femenina no solo está asociada al cumplimiento de metas de paridad, sino a una visión más integral del desarrollo: la que entiende que la productividad, la sostenibilidad y la innovación requieren del talento y la mirada diversa de todos los actores sociales.

Desde las pioneras que abrieron camino en las faenas industriales hasta las actuales líderes que dirigen grandes operaciones o diseñan políticas públicas, las mujeres están redefiniendo la forma de producir, innovar y construir país.

El desafío hacia adelante no es solo aumentar las cifras, sino consolidar una cultura laboral equitativa, con corresponsabilidad, formación técnica con enfoque de género y liderazgo transformador. Porque la presencia femenina en los sectores productivos no es solo una cuestión de justicia: es una condición necesaria para el desarrollo sostenible de Chile.